Conoce cuál fue el destino del equipo de #ASHTAG en junio
- Sol Macaluso
- 8 jun 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 jun 2018
Tuvimos nuestro hotel a cuesta y un patio distinto cada día. Al país blanco y azul lo recorrimos en catamarán. Grecia, Detenido en el tiempo, con acantilados rocosos y una vista al mar azul del mediterraneo. Un azul Francia, que en mi opinión se debería llamar azul griego. Desde la red del frente del catamarán este color se deslizaba como una seda en cámara lenta. La película Mama mía traduce perfectamente este maravilloso país. Aunque es mejor dejarse sorprender. La banda sonora de la película (Abba) completa la atmósfera para que sea perfecto.
La primera parada fue Atenas, la capital griega. Las zonas no turísticas de esta ciudad no tienen nada de especial para los ojos de los turistas tradicionales. Porque en esas calles llenas de mercados, que se pueden comparar con Congreso o con Avellaneda en Buenos Aires, se ve la cultura contemporánea del país. La crisis vive en cada esquina. Se puede observar la realidad que está atravesando Grecia y cómo sus ciudadanos se comportan ante ésta. Puestos uno al lado del otro, con mercancía de todo tipo y ropa y objetos de marcas no originales. Aquí es donde se ven personas cansadas de pedir dinero, sosteniendo un vasito mientras duermen, haciendo una pausa de la miseria. Personas vendiendo en la calle, algunas griegas, otras con rasgos más hindúes, turcos, moros y armenios. En los mercados laten las tradiciones de cada lugar. Las especias de todos los colores, los frutos de mar, las aceitunas y el yogurt son el impulso del corazón de los mercados de Grecia. Los gritos y las seducciones de los griegos para que la gente consuma avasallan cada rincón.
El barrio de Plaka, Monastiraki y la caminata hacia la Acrópolis (ciudad alta) donde espera firme el famoso Partenon a todos los turistas, es el cuento de hadas de Atenas. Es decir, la Atenas disfrazada de buen gusto y tradiciones ya dejadas de lado a lo largo del tiempo.

Monastiraki es una concurrida calle que se hace peatonal repleta negocios, carnada para los turistas. Músicos decoran esta zona con sus melodías griegas tocadas por el buzuki, instrumento típico del país. Las santa rita le dan el toque de color necesario a todos esas edificaciones blancas pulcras. El barrio de Plaka, está sobre Monastiraki, en los terrenos montañosos de Atenas que conducen al Partenon. Son calles pequeñas, con infinitas escaleras de colores acordes al imaginario colectivo de Grecia. Tabernas típicas, se amoldan al terreno montañoso con excelentes terrazas con vista a la Acrópolis. A la tardecita se va iluminando todo. El sol del atardecer va cambiando de tonalidades las casas típicas donde los miles de gatos disfrutan de sus rayos.

Y para los aficionados de la historia, ésta es la cuna de la cultura. La Acrópolis está ubicada a 156 metros sobre el nivel del mar, un una zona estratégica para poder dominar y visibilizar cada rincón de la ciudad. El Partenon es la construcción más importante. Fue erigido entre los años 447 438 A.C. Además en esta tan versátil ciudad se puede descansar en sus amplias playas.
Desde Atenas embarcamos hacia el Golfo Sarónico. El conglomerado de islas más cercano de Atenas. La primera isla fue Eigina. Un atardecer ya despidiéndose, nos recibía atravesando las velas del catamarán con el viento en proa. Imagen fija que quedará plasmada en la retina. Es uno de los pueblos más habitados y grandes de este golfo. Se pueden recorrer sus pequeñas playas, el centro que está a las orillas del puerto y museos históricos, como en la mayor parte de Grecia. La historia está hasta en la más solitaria islita.


Mientras sonaba Our Last Summer de Abba, se asomaba el pueblo pesquero Poros. Es una isla transitada por turistas, pero típica de Grecia. Con algún que otro camino pintado de blanco y puestos de joyas celestes y doradas. La historia también llegó aquí. Poros fue la isla de Poseidon, el dios del mar. En el museo arqueológico del pueblo se pueden ver los restos del templo de Poseidon.

Hydra es una de las paradas obligatorias en Grecia. Una isla con poco turismo y con paisajes impresionantes. Un pueblo pintado de blanco y azul sobre una montaña rocosa, un mar que lo abraza y por supuesto, las Santa rita dando su toque. Hay playas increíbles de agua turquesa, tabernas con comidas típicas y atardeceres de en sueño. En esta isla están prohibidos los autos y las motos, es por esto que los lugareños deben manejarse en mulas o caballos. El mejor consejo para vivir al máximo esta isla es perderse. Empezar a subir por una callecita blanca pulcra, ver las casas tradicionales, la gente y la vegetación, hasta llegar a uno de los puntos más altos. En las alturas de la montaña se encuentran varios monasterios muy antiguos y arquitectónicamente impactantes, en los que te reciben las monjas con mucho gusto. Alrededor de la isla, con una pizca de suerte, cruzan delfines haciendo su magia. Se puede nadar con ellos, donde la naturaleza y la libertad de estos mamíferos y las personas se unen generando una de las mejores experiencias vividas.




Otros de los must de Grecia son Mykonos y Santorini. Son más conocidas y por lo tanto más concurridas por los turistas, pero cualquiera que vaya a Grecia le está prohibido no ir a esas pequeñas ciudades.
Santorini es una población asentada en lo alto de una montaña que brilla por sí sola. De noche los negocios con sus luces blancas y los destellos de brillo del oro de las joyas encandila a los turistas. Es glamoroso y de mucha clase. La gente se mimetiza con el lugar y también visten de blanco y celeste, haciendo juego con las calles y las edificaciones. Es un código urbanístico implícito. La elegancia se respira en Santorini.
Mykonos es una ciudad más cerca del mar, a diferencia de Santorini. Se destaca por sus hermosas playas, por su centro elegante y glamoroso, sus callecitas blancas y azules y por ser la cuna de la fiesta europea. Aunque también se puede encontrar tranquilidad. Solo en las playas distinguidas por su vida nocturna y juvenil se puede encontrar la fiesta, como por ejemplo Paradise Beach.
Grecia se puede resumir en el país azul y blanco. Los pueblitos que parecen ser pintados de blanco todas las mañanas, las puertas de las casas típicas y la fuerza y la profundidad del mar dejan en claro el porqué de los colores de su bandera.
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